domingo, 8 de febrero de 2015

Meditación y Budismo: Las 4 Nobles Verdades

Buda Shakyamuni


Es normal ver que muchas personas que se acercan a la meditación lo hacen movidas por el deseo de encontrar no solo paz interior, sino también muchas veces,  soluciones
a diferentes problemas de tipo eventual u otros de índole personal.

Ciertamente la meditación es, sin lugar a dudas, el mejor aliado que podremos tener en la vida para abordar cualquier tipo de reto cotidiano, sin embargo, hay que decir también, que si no acompañamos la meditación de una filosofía de vida propicia y saludable, la meditación en sí misma, no será nunca un método suficiente para conseguir la calma mental de forma estable.  

Por lo tanto , es necesario que nuestras sesiones de meditación se acompañen con la sabiduria milenaria de las enseñanas que dieron origen al nacimiento mismo del método, y que son la base en la que se fundamenta,  es así como podremos llegar a beneficiarnos por completo de todas las ventajas, o mejor dicho, bendiciones de la meditación.

En los sucesivos post, iremos señalando algunas de las principales ideas del Budismo, una filosofía que nos ayudarán en gran medida a mantener una mente sana y equilibrada sobre la cual desarrollar de forma eficaz la práctica de la meditación.

Las Cuatro Nobles Verdades, se podría decir que son los cuatro pilares que sostienen toda la filosofía del budismo.  No he encontrado un libro más adecudo para exponer este tema que "Los Orígenes del Budismo" de  Denkô Mesa, antiguo compañero zen, y hoy día un gran maestro, al que desde aquí le envío un sincero abrazo, y mi gratitud por saber poner en palabras entre muchos otros temas, éste,  de forma tan clara y elocuente.   

Las 4 Nobles Verdades 

¿Qué son las cuatro nobles verdades?... algo muy simple que todo el mundo puede entender.

Todo ser humano aspira a ser feliz. Esto es una necesidad vivencial que todos compartimos.

Impulsado por este anhelo interno de encontrarle un significado a su existencia, el hombre recorre este camino, al que denominamos vida, tras la consecución de un propósito esencial: sentirse realmente bien, ser feliz. Sin embargo, lo cierto es que se topa una y otra vez con las distintas expresiones de un universo en constante cambio y transformación.

Así pues dado que no obtenemos de manera inmediata esta meta, nos proyectamos en ele espacio y en el tiempo a tenor de nuestras expectativas, mas al comprobar que no alcanzamos aquello que esperamos, sencillamente sufrimos.

Uno de los rasgos fundamentales, quizás el más característico del método de enseñanza de Buda, es que nunca expresó una idea sin mostrar, al mismo tiempo, el camino que conducía hasta ella. Condensó toda su enseñanza en un sistema tan preciso que cualquier ser humano pensante puede seguirlo y alcanzarlo mediante su propio esfuerzo.

La fuerza directriz del Budismo radica en la estructura lógica de su pensamiento y en el tratamiento sistemático de los hechos y de las experiencias. Difícilmente podemos encontrar otra religión que disponga de enunciados tan accesibles.

El Buda era un auténtico “librepensador”: Mantuvo su propia mente libre de teorías y se negó a fundamentar su enseñanza en dogmas o en creencias de cualquier tipo. Para ello, el Buda buscó un axioma, una formulación de la verdad que no requiriese demostración alguna, una verdad que pudiera ser universalmente aceptada. Buda elaboró su pensamiento a partir de un principio universal, lo INELUDIBLE DEL SUFRIMIENTO.

Éste el es puente que une el reino humano con el reino animal, y el fundamento mismo de la fraternidad universal. La idea de uno se debe reconocer as í mismo en el sufrimiento de los demás está expresada en el poema que abre el capítulo diez del Dhammapada:

 “Todos los seres temen el sufrimiento, todos temen la muerte. 
Si se reconociesen (comparasen) con los demás, no matarían, ni serían causa de muerte”. 

El termino pali exacto que Buda empleo en sus discursos para referirse al sufrimiento o dolor, fue DUKKHÂ (sanscrito) que tiene un significado más amplio y que podríamos traducir como:

- Conciencia insatisfactoria, generadora de inquietud y desasosiego interior 
- Estado carente de paz, falto de plenitud 

La conciencia insatisfactoria (dukkhâ) concierne y acompaña a cualquier tipo de experiencia sensible: dolor/placer, alegría/tristeza, amor/desamor… Todo está cambiando permanentemente. Cuando tenemos felicidad tratamos de adherirnos a ella para que no se escape. No queremos perderla y por ello, sufrimos: no hay rosas sin espinas, placer sin dolor, son las dos caras de una misma moneda.

Las Cuatro Nobles verdades son:

1. La noble verdad del sufrimiento
2. La noble verdad del origen del sufrimiento
3. La noble verdad de la cesación del sufrimiento
4. La noble verdad del sendero que conduce a la cesación del sufrimiento. 

Fuente: “Los Orígenes del Budismo” Denkô Mesa  Miraguano Ediciones. 


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2 comentarios:

Anónimo dijo...

El sufrimiento nos persigue. Nos atrapa y hsta da placer.y huimos de el ....y otra vez vuelta a empezar.....soy Julio. Gracicias por tu blog

Nieves Fuster Fernández dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.